La acogida en un colegio de la Compañía
«Hoy en día, nuestra meta y objetivo educativo tiene que ser la formación de hombres para los demás»
Pedro Arrupe, sj
“Nuestro objetivo como educadores es la formación de hombres y mujeres competentes, conscientes y comprometidos en la compasión”
Peter-Hans Kolvenbach, sj
El Colegio Inmaculada de Alicante organiza cada año su programa de acogida para nuevos docentes. Una vez al mes se realizan diferentes actividades para favorecer no solo la integración de los nuevos miembros sino también para hacernos conocedores de cómo la espiritualidad ignaciana impregna el buen hacer en el colegio, sus objetivos educativos, modo de proceder, el Paradigma Pedagógico Ignaciano, las “Cuatro Cs” o los códigos de conducta de la Compañía de Jesús.
Este año, dada la situación actual de la pandemia, las sesiones se realizan de forma telemática mediante videollamada y un aula virtual en Google Classroom donde se comparten todos los documentos.
Cada sesión se inicia con una lectura compartida, seguida de una oración y tras un momento de reflexión se desarrolla la tarea programada.
Entre los contenidos trabajados se encuentran fragmentos de diferentes obras como Educar en la frontera: los educadores de Darío Mollá, Modos de Proceder de un Centro Educativo de la Compañía de Jesús, En compañía de Jesús de José María Rodríguez Olaizola, el Código de conducta de la Compañía de Jesús en España.
Las actividades se llevan a cabo de forma dinámica mediante lectura de textos, tertulias y puesta en común de experiencias educativas. Para esta última labor, se emplea “la libreta de vida”. Se trata de una pequeña libreta nos acompaña desde el inicio del programa de acogida donde incorporamos diferentes reflexiones y experiencias vividas en el aula a modo de diario espiritual. Se nos invita a compartir de forma voluntaria lo que deseemos de ella, conforme ganamos en confianza y avanzan las sesiones el compartir se va tornando más profundo y todo el grupo aporta su punto de vista, algo que nos enriquece y ayuda a todos.
No cabe duda que para trabajar en educación se necesita vocación, pero también formación continua, apoyo mutuo y colaboración de todo el equipo docente. Nos sentimos agradecidos al Colegio Inmaculada por ofrecernos este programa. Sigamos compartiendo y aprendiendo.
Angela Quiles Domingo y Vicente Aznar, sj